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El evangelio de Marcos: etapas de su redacción

Redacción jerosolimitana, refundición a partir de Chipre, redacción final en Roma o Alejandría

(1 valoración)

De la comparación minuciosa y exhaustiva del texto griego de dos de los códices unciales más antiguos de los evangelios, el Codex Vaticanus y el Codex Bezae Cantabrigiensis, ambos del siglo IV, se evidenció una anomalía en el uso del nombre de Jesús o del pronombre en las diversas secuencias que componen el evangelio de Marcos.Lo que en un principio podría parecer un simple recurso literario, al comprobarse su uso diferenciado en los numerosos duplicados que se presentan en dicho evangelio, resultó ser la clave para distinguir dos sucesivas redacciones que Marcos habría compuesto, la primera, en el seno de su propia comunidad de Jerosólima (Hch 12,12), y la segunda en Roma o Alejandría, acompañando a Bernabé en la misión (Hch 15,39).En la primera redacción, por tratarse de un personaje que la mayoría de los miembros de su comunidad habían conocido personalmente, Marcos utiliza el pronombre al referirse a Jesús; en cambio, en territorio pagano, al dirigirse a gente que lo había conocido solamente a través de su predicación, se refiere a él por su nombre.Además de la primera redacción, que ha resultado ser la mitad aproximadamente del actual evangelio canónico, y de la segunda, una serie de rasgos comunes y distintivos de siete secuencias han permitido identificar la existencia de una tercera redacción. La identificación de esas tres redacciones es de gran importancia para el conocimiento de la formación de los evangelios y de las primeras comunidades.
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- Disponible -

Versión digital: 16,99 €
ColecciónGrandes obras
SubcolecciónEl mensaje de los Hechos de los Apóstoles
ISBN978-84-8169-822-0
Código EVD6703003
Edición1 (Reimpresión 6)
FormatoImpreso
Páginas408
Tamaño160 x 240 mm
EncuadernaciónRústica, fresada, tapa plastificada mate con solapas

120-2 Un libro sorprendente de Josep Rius Camps: “El Evangelio de Marcos: etapas de su redacción” (II) - Antonio Piñero

"Decíamos ayer" que en la postal de hoy `procederíamos a evaluar el sorprendente libro de Josep Rius Camps.

En primer lugar, valorar como se debe un inmenso trabajo filológico, serio, fundamental, básico, original, que se atreve a abordar un problema que otros han percibido, pero ante el cual han sentido pavor. Pero vemos, a la vez, y con todo respeto y amistad que la propuesta ofrecida como solución tiene sus lados oscuros y poco convincentes. Son los siguientes:

- Opino que tomar como base un solo manuscrito del Evangelio, aunque lo hubieran hecho antes otros investigadores (por ejemplo, Tischendorf con el Sinaítico) es peligroso. El texto del Nuevo Testamento era sin duda sagrado en el siglo II, fecha de la base del manuscrito, pero un “sagrado” especial y raro para nosotros hoy, ya que el texto del Nuevo Testamento, incluso en los Evangelios, era fluido y podía modificarse. Por tanto, parece imposible que un solo manuscrito pueda acercarse a los originales perdidos.

Creo que el texto del Nuevo Testamento que hoy se imprima debe ser ecléctico, es decir, eligiendo las mejores variantes, por criterios externos e internos, de los manuscritos, como hace la edición Nestle-Aland. Que, en verdad, son cerca de cien personas, quienes en todo el mundo se ocupan de ponderar las variantes.

Es totalmente cierto que éste texto ecléctico nunca existió en sí, que es una reconstrucción científica, pero creo que se acerca más al original que cualquier manuscrito concreto. En particular, además, el códice Beza ha sido estudiado por múltiples investigadores independientes entre sí. Y aunque hoy se le otorga cada vez más importancia, no conozco a nadie tan "superpartidario", en exclusiva, de este texto como Rius Camps y su colega Jenny Heimerdinger.

- Opino que Rius Camps, además de hacer un trabajo ímprobo y original, debía haber contrastado sus resultados con los de otros investigadores. Rius conoce toda la bibliografía actual, pero ni la cita, ni la discute. Este autotrabajo en solitario puede llevar a falsas perspectivas. Volveremos luego a esta cuestión.

- No me quedan claros los argumentos de ciertos análisis gracias a los cuales se distribuye el material entre la segunda y primera redacción porque se observa que se repiten los temas de las secuencias.

Un ejemplo: la secuencia 9 de la primera redacción corresponde a Mc 1,35-39, y sus dos temas principales son “éxodo hacia un lugar desierto / proclamación por las sinagogas de Galilea”.

Esta secuencia se duplica en Mc 6,32-34. Voy a presentar los textos seguidos y comparen los lectores.

1, 35-39:

1, 35 De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. 36 Simón y sus compañeros fueron en su busca; 37 al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan.» 38 El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido.» 39 Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

6, 32-34:

32 Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. 33 Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. 34 Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

La única verdadera duplicación es la del “lugar solitario”. Me parece poco “material” para establecer que hay aquí una “duplicación”, y así en muchos otros casos que el espacio y la conveniencia de una reseña no permite exponer.

- Las interpretaciones exegéticas de Rius Camps son en extremo sorprendentes. Véase el raro título de la sección 7 (Mc 1,29-31 = “Fiebre nacionalista en la comunidad de Simón y Andrés” (¿?). He aquí el texto y su ampliación (¿duplicación?) en la segunda redacción (Mc 2,15-16 +17):

1,29:

Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. 30 La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. 31 Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles.

2,15:

Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían. 16 Al ver los escribas de los fariseos que comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: «¿Qué? ¿Es que come con los publicanos y pecadores?» [ 17 Al oír esto Jesús, les dice: «No necesitan médico los que están fuertes…]

Como poco, veo escaso el paralelismo duplicatorio y muy rara la caracterización de Mc 1,29-31 como “Fiebre nacionalista en la comunidad de Simón y Andrés”.

- Otros ejemplos de interpretaciones cuanto menos muy discutibles, no ya de las diversas redacciones, sino del sentido general que ofrece al lector el Evangelio de Marcos:

Así: el vocablo griego paidíon -de significado ambiguo: "niño"; "esclavo"; "siervo", con sentido, o no, diminutivo, en la famosa perícopa traducida como “Dejad que los niños vengan a mí…” (Mc 10,13-16) es traducido por Rius “criadito” o “pequeño criado/siervo”:

“Dejad que los pequeños criados vengan hacia mí…”.

En primer lugar, por la norma helenística de la evolución de la lengua griega hacia una “mayor expresividad y contenido fonético”, es sabido que no se deben tomar al pie de la letra los diminutivos en los tiempos en los que se escribieron los Evangelios. Por tanto paidíon en todo caso significa “siervo”, “esclavo”, posiblemente joven, paro nada más; es signficado "peuqeño criadito" es muy inseguro. Rius Camps no discute su interpretación.

En segundo, no acabo de ver que el traspaso de la disponibilidad hacia el Reino que pueden mostrar en particular los “niños” -también generalmente interpretados en todas las culturas como inocentes y bien dispuestos hacia las cosas- quede restringido a los “pequeños criados”.

Otro ejemplo:

- No acabo de ver cómo se duplica la sección 10 de la primera redacción de la perícopa del leproso curado por Jesús y enviado por éste a los sacerdotes para que certifiquen la curación, duplicada en la segunda redacción por la curación de la hemorroísa (Mc 5,25-34)

Ofrezco los dos textos seguidos y que juzgue el lector:

1. Mc 1,40-45

40 Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme.» 41 Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.» 42 Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. 43 Le despidió al instante prohibiéndole severamente: 44 «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio.» 45 Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.

2. Mc 5,25-34

25 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, 26 y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, 27 habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. 28 Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.» 29 Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. 30 Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?» 31 Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”» 32 Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. 33 Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad. 34 El le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad.»

- Interpretación de Rius Camps de esta perícopa pp. 199-200:

“Un leproso acude a Jesús haciendo caso omiso de las regulaciones legales… El leproso sabe muy bien quién es Jesús y que no cree en la impureza legal (¿?), pues pertenece a su grupo” “Jesús extiende su mano para mostrar que él no cree en las leyes de la impureza legal…” “Jesús se abalanzó sobre él directamente (sin rodeos) y lo expulsó”. No quiere que siga formando del grupo un individuo que pretende jugar con dos barajas: estar bien visto por la institución religiosa y pertenecer a su grupo. Por eso le insiste en que se presente al sacerdote, para que éste reconozca que ya se ha purificado y deje de importunarles con su denuncia de la Ley” (¿?).

Esta interpretación es del estilo de las que hacía Juan Mateos en sus Comentarios a los Evangelios, ante las cuales –respetando la valía del autor- me mostraba muy escéptico hace ya mucho tiempo.

En su "Prólogo" (por cierto, excelente: breve, informativo, amistosamente crítico), Rafael Aguirre se hace eco de la misma idea, a saber que en la lectura del libro es preciso hacer una distinción entre los aspectos de crítica textual- crítica literaria y lo que es la interpretación:

“La reconstrucción de las redacciones sucesivas del Evangelio de Marcos van siendo interpretadas de forma sugerente y muy original. Creo que en la lectura del libro es muy conveniente distinguir los aspectos de crítica textual y literaria, basada en un estudio extraordinariamente concienzudo de los manuscritos, y la interpretación, que es muy original, pero que plantea numerosos interrogantes, quizá porque se realiza de forma rápida y sin espacio a veces para una suficiente justificación” (p. XIV).

Y respecto a la hipótesis global opina:

“En honor a la verdad tengo que decir que, en mi opinión, probablemente, hubiese sido oportuno que Rius Camps hubiese contrastado sus resultados con los de algunos autores modernos que han trabajado sobre la elaboración del Evangelio de Marcos, distinguiendo también varias fases y, en algunos caso, (por ejemplo Boismard) teniendo muy presente el códice Beza” (p. XV).

- Muy importante me parece la cuestión que la hipótesis de Rius Camps no resuelve el problema de lo que se llama técnicamente “Minor agreements” (“concordancias menores”) entre Lucas y Mateo. Me explico: son los casos en los que coinciden al pie de la letra estos dos evangelistas -en muy diversos pasajes en los que van siguiendo a Marcos-, pero en los que este último tiene un fraseo o un vocabulario diferente al que presentan al unísono los dos, Mateo y Lucas (ejemplos, que deben verse con una concordancia de los evangelios: Lc 20,3 = Mt 21,24; Lc 20,21 = Mt 22,16; Lc 20,24 = Mt 22,19; Lc 20,25 = Mt 22,21; en general Lc 22,54-61 = a Mateo 26, 74-75).

Por tanto, si van siguiendo a Marcos, si coinciden entre sí Mateo y Lucas, pero el Evangelio de Marcos presenta un texto diferente, eso quiere decir que Lucas y Mateo tuvieron ante sus ojos una edición del Evangelio de Marcos distinta a la nuestra. Ahora bien, la hipótesis de Rius Camps sólo explica la génesis del texto actual en tres redacciones o fases sucesivas…, en realidad no explica que se haya producido otra redacción con un fraseo y vocabulario diferente, que es lo que parece postular y exigir la comparación –no de Marcos consigo mismo- sino de Mt/Lc con el texto de Marcos actual.

Así pues, reitero que la hipótesis de Rius Camps no creo que valga para explicar el problema de las “concordancias menores” (los “minor agreements”) de Lucas y Mateo contra el texto actual de Marcos.

- Por último: los argumentos de Rius Camps sobre la autenticidad del Evangelio de Marcos no son en absoluto convincentes. Me parece pura fantasía exegética la transformación de ese "joven desnudo" en el joven/ángel de la resurrección.

En síntesis: me encuentro perplejo ante este libro de Rius Camps. Se trata de un producto de investigación de primera magnitud, original e interesante, pero creo que sus opciones, basadas sin duda en una gran “acribía” (rigor y exactitud) filológica, nos llevan a terrenos fuertemente hipotéticos y discutibles. Sin embargo, merece, y mucho, la pena leerlo y repensar sus ideas.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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