
Recién llegados a la editorial, hemos recibido la triste noticia del fallecimiento de Luis Betés, uno de los fundadores de la revista Eucaristía, publicación al servicio de la preparación de la liturgia para los domingos y festivos que está a punto de alcanzar los 50 años de andadura.
A lo largo de esos 50 años, Luis Betés ha sido uno de los colaboradores más fieles, destacado por su fe contagiosa, su creatividad, su realismo y su habilidad para interpretar en las homilías el Evangelio desde la vida.
Ejemplo de esta fecunda creatividad era la hoja de ayer, domingo 9 de noviembre, preparada por él, y en la que incluía el siguiente poema:
Ando por mi camino, pasajero,
y a veces creo que voy sin compañía,
hasta que siento el paso que me guía,
al compás de mi andar, de otro viajero.
No lo veo, pero está.
Si voy ligero, él apresura el paso;
se diría que quiere ir a mi lado todo el día,
invisible y seguro el compañero.
Al llegar a terreno solitario,
el me presta valor para que siga,
y, si descanso, junto a mí reposa.
Y, cuando hay que subir monte (Calvario lo llama él),
siento su mano amiga que me ayuda,
una llaga dolorosa.
Expresamos por él nuestra oración.